Carlos Páez Pérez
09.02.2015
Hace algunos días los
concejales de Quito por el Movimiento Alianza PAIS presentamos al Concejo una
propuesta de ordenanza para establecer el Sistema Metropolitano de Gestión
Participativa, con la finalidad de definir mecanismos que hagan accesible y
aplicable la participación ciudadana en los procesos de planificación,
formulación, ejecución y evaluación de la política pública, como un medio para
profundizar el carácter democrático de la gestión municipal.
Este proyecto,
construido conjuntamente con dirigentes de varias organizaciones sociales y con
el aporte de compañeros intelectuales comprometidos con la democracia
participativa, busca en primer lugar sintonizar el marco regulatorio vigente
desde el 2006 con los innovadores avances en esta materia planteados en este
proceso constituyente, con la nueva Constitución (2008) y
las leyes que de ella se derivaron en los dos años siguientes, principalmente el
Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, el
Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas, la Ley Orgánica de
Participación Ciudadana y la Ley Orgánica de Acceso y Transparencia de la
Información Pública.
Pero más allá de esta
necesidad formal de actualizar la ordenanza, la motivación de fondo es
promover, incentivar o retomar, de ser el caso, el interés de los ciudadanos
por las cosas comunes y por la política, entendida en última instancia no como
el ejercicio electoral o la vinculación partidaria, sino como la organización
de la sociedad para incidir y decidir sobre los temas que afectan la vida
diaria de sus integrantes y su presente y futuro como colectividad; por ello,
la propuesta que estamos empeñados en socializarla lo más ampliamente posible,
constituye además un buen pretexto para evaluar lo que ha pasado en Quito, y en
el país y la región, en estos años en materia de participación ciudadana, para
identificar experiencias exitosas y limitaciones, cuyo análisis crítico es el
elemento básico para una mejor calificación de nuestra democracia.
La propuesta que
presentamos contiene algunos elementos nuevos; por ejemplo, la construcción de
abajo hacia arriba de la representación ciudadana en los ejercicios de
planificación participativa, con un elemento básico de rendición de cuentas de
esos representantes hacia sus pares. Lo otro, quizás más innovador aún,
es una reglamentación básica para la aplicación de la "silla vacía",
ideada en la Constitución como un mecanismo de democracia directa, que todavía
es una tarea pendiente en el Concejo Metropolitano de Quito.
Por otro lado, en el
proyecto de ordenanza se hace énfasis en el acceso y transparencia a la
información municipal, entendiendo que esa es una condición necesaria, aunque
no suficiente, para cualificar la participación de la ciudadanía.
Invito a los lectores
a revisar el proyecto
de ordenanza
que establece el Sistema Metropolitano de Gestión Participativa y a hacer
llegar sus comentarios y aportes para nutrir esta propuesta y contar con un
instrumento que potencie la participación ciudadana en la gestión municipal.