Carlos Páez Pérez
26.01.2014
El más
reciente argumento que se han inventado quienes se oponen a la construcción del
metro es que con ello “se estaría copando la capacidad de endeudamiento del Municipio,
maniatando a la actual administración, al impedirle que disponga de nuevos
créditos para financiar sus propios proyectos”.
Por ello, hace casi un mes, solicité información oficial sobre esta situación,
para con datos oficiales ver la solidez de este supuesto impedimento.
Antes de
entrar de lleno al asunto, vale recordar que quienes se oponen al metro, desde
la campaña electoral y a lo largo de estos meses de gestión de la alcaldía, sistemáticamente
han esgrimido varios pretextos para demostrar su inviabilidad, desviando de
esta manera la concentración de los mecanismos ciertos para atender la
mayoritaria demanda ciudadana de que se concrete definitivamente esta obra que,
como columna vertebral del sistema integrado de transporte público, constituirá
una solución estructural a los problemas de movilidad de Quito y articulará el
nuevo ordenamiento urbano del Distrito, posibilitando la redensificación de la
ciudad y el desarrollo de nuevas centralidades que contrarresten la expansión
horizontal indiscriminada de la mancha urbana y acerquen los servicios (léase
destinos, en materia de desplazamientos) a la población, generando mayor
equidad territorial.
Se empezó
diciendo que los estudios estaban mal hechos; luego, que el costo superaría los
cuatro mil millones de dólares; más tarde, que se requeriría un subsidio diario
de un millón de dólares para la operación; y, ante la evidencia objetiva que
los propios estudios contratados por la actual administración municipal se han
encargado de desbaratar y dejar sin piso, el nuevo “caballo de batalla” fue
este tema del endeudamiento, que una vez más las propias cifras oficiales municipales
han desmentido.
En varios
artículos de este mismo blog se han presentado datos, cifras y hechos para
desmentir esos argumentos, así que ahora que ha aparecido un nuevo tema, a continuación
algunas precisiones que ojala ayuden a formar una opinión más calificada y
mejor informada al respecto:
1.
La ley es muy clara sobre el
endeudamiento público
El
endeudamiento público, responsable y razonable, es un instrumento de gestión
que permite emprender las inversiones para satisfacer las necesidades de obras
y servicios que requiere la ciudadanía.
Endeudarse no es malo, lo criticable es hacerlo con fines no
justificados en una clara política pública y peor aún, si los destinos de la deuda
se desvían hacia las corruptelas. Afortunadamente
los nuevos tiempos y las nuevas regulaciones, entre ellas la transparencia en
la contratación pública y la mayor participación ciudadana en el ejercicio de
control social, limitan esas prácticas.
Por el lado
legal, el Código de Planificación y Finanzas Públicas (COPLAFIP), vigente desde
octubre del 2010, establece una norma nítida para verificar que los gobiernos
locales, y por cierto el gobierno nacional también, no rebasen límites de
endeudamiento que podrían comprometer el presente y el futuro de su
gestión. En efecto, su artículo 125
dispone que (a) el saldo o monto vigente de la deuda no puede rebasar el 200%
de los ingreso municipales totales, excluyendo los ingresos de financiamiento y
(b) que el servicio de esa deuda, por pago del capital y los intereses, no
puede pasarse del 25% de ese monto del ingreso total menos el financiamiento.
La Figura No. 1 muestra una proyección de la capacidad de
endeudamiento del Municipio para el período 2015 – 2020, incluyendo los
créditos para el Metro y los planteados por la actual administración municipal
para nuevos proyectos, ha sido construida en base a los datos y proyecciones
oficiales presentados por la administración municipal. Claramente puede verse que el límite del stock
de deuda del COPLAFIP, expresado en el tamaño total de la barra vertical, se respeta
en cada año; pero además es evidente que el cupo de endeudamiento posibilita
que la actual alcaldía pueda contratar créditos por más de 300 millones de dólares
e incluso, que todavía existe un “colchón” que permite contraer más deuda, si
se presentan proyectos bien estructurados claro está, o incluso para cerrar una
eventual brecha financiera en el propio caso del Metro. Es más, los datos oficiales muestran que no
solo esta alcaldía no está maniatada como se ha dicho, sino que para el 2020,
cuando inicie la próxima administración municipal, el cupo disponible de endeudamiento
cercana a los 500 millones de dólares, con lo cual la posibilidad de emprender
nuevos proyectos se mantiene plenamente vigente.
Figura No. 1
Proyección de la
capacidad de endeudamiento del Municipio de Quito, 2015 – 2020, incluyendo los
créditos para el Metro y los planteados por la actual administración municipal
para nuevos proyectos
(con datos de la
Administración General del MDMQ)
Fuente:
Administración General MDMQ, enero 2015
Elaboración:
C. Páez
Además, según
la información provista por la propia Administración General del Municipio,
respecto al servicio de la deuda, el panorama es aún más holgado. Es más, conviene resaltar que por ejemplo el
crédito del Banco Mundial para la construcción de la fase 2 del Metro tiene un
período de gracia de 15 años y otros 15 años para pagar la deuda, con un
interés muy bajo del 0,93% anual; es decir, si los desembolsos se efectuasen en
este año, los pagos recién habrá que hacerlos a partir del 2030, hasta el 2045,
lo cual posibilita con tiempo suficiente ordenar las finanzas municipales para
cumplir el compromiso
2. Debe seguirse trabajando para el
cierre financiero definitivo del Metro
La potencial
brecha financiera para la fase 2 del Metro aún no se conoce; por ello, no se
puede proyectar con propiedad en el gráfico mostrado y solo se hace referencia
a los desembolsos de los créditos contraídos para cubrir el compromiso en firme
del Municipio, correspondiente a aproximadamente 540 millones de dólares; es
decir, la mitad del precio referencial (749 millones), menos los aportes municipales
que no provienen del crédito (de sus propios recursos: 124 y de la
titularización de los ingresos por la operación del nuevo aeropuerto: 80). Además, es conveniente recordar que a
principios de diciembre del año pasado, los concejales de PAIS entregamos una
carta al alcalde que contiene un amplio menú de mecanismos concretos para
achicar esa brecha y para cubrirla con recursos que no provengan del
endeudamiento (el contenido de esta carta puede ser revisado en otra entrega de
este mismo blog).
3. La ciudadanía de Quito espera que se
construya el Metro, sin más pretextos
A más de la
pertinencia y necesidad del Metro, del cuidadoso proceso de planificación que
llevó a determinar su factibilidad y a contar con los estudios de ingeniería
definitivos, de su viabilidad financiera, este proyecto se ha convertido en una
demanda ciudadana. Los resultados de la
última encuesta publicada por Perfiles de Opinión muestran que más de las tres
cuartas partes de los quiteños están de acuerdo con su construcción y el 70%
consideran que ayudaría a resolver los críticos problemas de movilidad que
enfrentamos cotidianamente (ver Figura No. 2).
Figura No. 2
Opinión de los
quiteños sobre el Metro de Quito
(tomado de la
cuenta de Twitter de Perfiles de Opinión)
Elaboración
y Fuente: Perfiles de Opinión, enero 2015
En
conclusión, los datos oficiales y la opinión mayoritaria de los quiteños y
quiteñas ratifican que el Metro de Quito es un proyecto responsablemente
planificado y viable financieramente. Lo que hace falta es el liderazgo de la
actual administración municipal para tomar las decisiones oportunas y correctas
para concretarlo.
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