lunes, 26 de enero de 2015

Otro falso argumento en contra del Metro ha sido desmentido



Carlos Páez Pérez
26.01.2014


El más reciente argumento que se han inventado quienes se oponen a la construcción del metro es que con ello “se estaría copando la capacidad de endeudamiento del Municipio, maniatando a la actual administración, al impedirle que disponga de nuevos créditos para financiar sus propios proyectos”.  Por ello, hace casi un mes, solicité información oficial sobre esta situación, para con datos oficiales ver la solidez de este supuesto impedimento.

Antes de entrar de lleno al asunto, vale recordar que quienes se oponen al metro, desde la campaña electoral y a lo largo de estos meses de gestión de la alcaldía, sistemáticamente han esgrimido varios pretextos para demostrar su inviabilidad, desviando de esta manera la concentración de los mecanismos ciertos para atender la mayoritaria demanda ciudadana de que se concrete definitivamente esta obra que, como columna vertebral del sistema integrado de transporte público, constituirá una solución estructural a los problemas de movilidad de Quito y articulará el nuevo ordenamiento urbano del Distrito, posibilitando la redensificación de la ciudad y el desarrollo de nuevas centralidades que contrarresten la expansión horizontal indiscriminada de la mancha urbana y acerquen los servicios (léase destinos, en materia de desplazamientos) a la población, generando mayor equidad territorial.

Se empezó diciendo que los estudios estaban mal hechos; luego, que el costo superaría los cuatro mil millones de dólares; más tarde, que se requeriría un subsidio diario de un millón de dólares para la operación; y, ante la evidencia objetiva que los propios estudios contratados por la actual administración municipal se han encargado de desbaratar y dejar sin piso, el nuevo “caballo de batalla” fue este tema del endeudamiento, que una vez más las propias cifras oficiales municipales han desmentido.

En varios artículos de este mismo blog se han presentado datos, cifras y hechos para desmentir esos argumentos, así que ahora que ha aparecido un nuevo tema, a continuación algunas precisiones que ojala ayuden a formar una opinión más calificada y mejor informada al respecto:

1.    La ley es muy clara sobre el endeudamiento público

El endeudamiento público, responsable y razonable, es un instrumento de gestión que permite emprender las inversiones para satisfacer las necesidades de obras y servicios que requiere la ciudadanía.  Endeudarse no es malo, lo criticable es hacerlo con fines no justificados en una clara política pública y peor aún, si los destinos de la deuda se desvían hacia las corruptelas.  Afortunadamente los nuevos tiempos y las nuevas regulaciones, entre ellas la transparencia en la contratación pública y la mayor participación ciudadana en el ejercicio de control social, limitan esas prácticas.

Por el lado legal, el Código de Planificación y Finanzas Públicas (COPLAFIP), vigente desde octubre del 2010, establece una norma nítida para verificar que los gobiernos locales, y por cierto el gobierno nacional también, no rebasen límites de endeudamiento que podrían comprometer el presente y el futuro de su gestión.  En efecto, su artículo 125 dispone que (a) el saldo o monto vigente de la deuda no puede rebasar el 200% de los ingreso municipales totales, excluyendo los ingresos de financiamiento y (b) que el servicio de esa deuda, por pago del capital y los intereses, no puede pasarse del 25% de ese monto del ingreso total menos el financiamiento.

La Figura No. 1 muestra una proyección de la capacidad de endeudamiento del Municipio para el período 2015 – 2020, incluyendo los créditos para el Metro y los planteados por la actual administración municipal para nuevos proyectos, ha sido construida en base a los datos y proyecciones oficiales presentados por la administración municipal.  Claramente puede verse que el límite del stock de deuda del COPLAFIP, expresado en el tamaño total de la barra vertical, se respeta en cada año; pero además es evidente que el cupo de endeudamiento posibilita que la actual alcaldía pueda contratar créditos por más de 300 millones de dólares e incluso, que todavía existe un “colchón” que permite contraer más deuda, si se presentan proyectos bien estructurados claro está, o incluso para cerrar una eventual brecha financiera en el propio caso del Metro.  Es más, los datos oficiales muestran que no solo esta alcaldía no está maniatada como se ha dicho, sino que para el 2020, cuando inicie la próxima administración municipal, el cupo disponible de endeudamiento cercana a los 500 millones de dólares, con lo cual la posibilidad de emprender nuevos proyectos se mantiene plenamente vigente.

Figura No. 1
Proyección de la capacidad de endeudamiento del Municipio de Quito, 2015 – 2020, incluyendo los créditos para el Metro y los planteados por la actual administración municipal para nuevos proyectos
(con datos de la Administración General del MDMQ)

Fuente: Administración General MDMQ, enero 2015
Elaboración: C. Páez

Además, según la información provista por la propia Administración General del Municipio, respecto al servicio de la deuda, el panorama es aún más holgado.  Es más, conviene resaltar que por ejemplo el crédito del Banco Mundial para la construcción de la fase 2 del Metro tiene un período de gracia de 15 años y otros 15 años para pagar la deuda, con un interés muy bajo del 0,93% anual; es decir, si los desembolsos se efectuasen en este año, los pagos recién habrá que hacerlos a partir del 2030, hasta el 2045, lo cual posibilita con tiempo suficiente ordenar las finanzas municipales para cumplir el compromiso

2. Debe seguirse trabajando para el cierre financiero definitivo del Metro

La potencial brecha financiera para la fase 2 del Metro aún no se conoce; por ello, no se puede proyectar con propiedad en el gráfico mostrado y solo se hace referencia a los desembolsos de los créditos contraídos para cubrir el compromiso en firme del Municipio, correspondiente a aproximadamente 540 millones de dólares; es decir, la mitad del precio referencial (749 millones), menos los aportes municipales que no provienen del crédito (de sus propios recursos: 124 y de la titularización de los ingresos por la operación del nuevo aeropuerto: 80).  Además, es conveniente recordar que a principios de diciembre del año pasado, los concejales de PAIS entregamos una carta al alcalde que contiene un amplio menú de mecanismos concretos para achicar esa brecha y para cubrirla con recursos que no provengan del endeudamiento (el contenido de esta carta puede ser revisado en otra entrega de este mismo blog).

3. La ciudadanía de Quito espera que se construya el Metro, sin más pretextos

A más de la pertinencia y necesidad del Metro, del cuidadoso proceso de planificación que llevó a determinar su factibilidad y a contar con los estudios de ingeniería definitivos, de su viabilidad financiera, este proyecto se ha convertido en una demanda ciudadana.  Los resultados de la última encuesta publicada por Perfiles de Opinión muestran que más de las tres cuartas partes de los quiteños están de acuerdo con su construcción y el 70% consideran que ayudaría a resolver los críticos problemas de movilidad que enfrentamos cotidianamente (ver Figura No. 2).

Figura No. 2
Opinión de los quiteños sobre el Metro de Quito
(tomado de la cuenta de Twitter de Perfiles de Opinión)
 

 Elaboración y Fuente: Perfiles de Opinión, enero 2015

En conclusión, los datos oficiales y la opinión mayoritaria de los quiteños y quiteñas ratifican que el Metro de Quito es un proyecto responsablemente planificado y viable financieramente. Lo que hace falta es el liderazgo de la actual administración municipal para tomar las decisiones oportunas y correctas para concretarlo.

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